Esta obra constituye una necesidad en el quehacer judicial; se trata de un trabajo en el que se analiza y propone una forma de controlar la incontrolada discrecionalidad judicial en el manejo de la prueba en el proceso penal, que deviene muchas veces en arbitrariedad. En el proceso penal, la prueba es un tema clave y altamente sensible, pues está en juego la eventual condena de una
persona y la privación de su libertad. En un contexto como el actual, en el que se carece de tales estándares, modelos, normas, patrones o referencias de carácter objetivo para controlar la decisión judicial, predominan las estimaciones y apreciaciones subjetivas imposibles de controlar, peor aún, cuando los prejuicios, estereotipos y sesgos inclinan las decisiones judiciales. Por lo tanto, se hace de imperiosa necesidad contar con bases o estándares probatorios objetivos que permitan un control intersubjetivo del sentido y las razones de las sentencias judiciales.
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