Las relaciones laborales han sido contextualizadas, tradicionalmente, en el marco de un contrato de trabajo bilateral, con sujeción de la parte trabajadora a la empleadora; sin embargo, la forma de ver las relaciones laborales ha cambiado con el tiempo, originando el surgimiento de las figuras de intermediación laboral y tercerización de servicios. Si bien estos fenómenos empresariales se han venido practicando desde hace ya algunas décadas, la regulación normativa ha sufrido distintas variaciones orientadas a equilibrar la eficiencia empresarial y la protección de los trabajadores.
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